Dentro de la Mente de un Adicto Sexual - Más de lo que se ve a simple vista
Si alguna vez ha querido explorar dentro de la mente de un adicto sexual, entonces siga leyendo. Yo era presa fácil para la adicción a la pornografía -- 29 años, soltero, ¡y cachondo! El hecho de haber llegado recién a otra ciudad y de no conocer a chicas con quien poder conversar hizo fácil el verlas simplemente como objetos sexuales, así que sólo me enfoqué en sus atributos físicos.
¿Ha escuchado la canción I’m A Girl Watcher? (Soy un Observador de Chicas) En mi nueva ciudad, se convirtió en mi canción. Inicialmente, estaba obsesionado con los atributos físicos de las mujeres vestidas, pero esto condujo a la progresión natural de querer verlas sin ropa. No pocos consejeros en mi ciudad, de la cual yo era uno, tenían reputación de mujeriegos. El ser sexualmente activo era consentido y casi se esperaba. Diariamente, mi jefe hacía memoria de sus proezas sexuales juveniles -- demasiado viejo ahora para continuarlas. Una vez su chofer dijo: "Muchacho, tú deberías estar montando (teniendo sexo) todas las noches" Tal entorno haría fácil el culpar a otros por mi caída en la pornografía, pero yo cargo con toda la responsabilidad. Nadie me apuntó con una pistola.
Cambiando canales en la casa de mi jefe, tarde, una noche, mis ojos encontraron el canal Playboy, ¡y quedé atrapado! Toda la desnudez y sexo no eran suficientes para mis ojos. Mi conciencia decía "No," pero yo no escuchaba. Hubiera sido bueno recibir el consejo de hombres maduros y morales. Pero no hay excusas -- Soy completamente responsable de mis malas decisiones y de sus consecuencias, algunas de las cuales duran toda la vida. ¿Cómo llegó hasta aquí un muchacho criado en la iglesia? -- ¿convertido en un adicto a la pornografía?
Dentro de la Mente de un Adicto Sexual - Viviendo una Doble Vida
El razonamiento en la mente de un adicto sexual usualmente le sugiere encubrir su nuevo estilo de vida, convirtiéndose en un agente secreto, porque la gente no va a entender. Te rechazarán. Tú conoces el procedimiento de la secundaria -- una cara con los padres/profesores y otra con los compañeros. El drogarse con los químicos que libera el cerebro hace que la pornografía sea extremadamente adictiva. La pornografía me hizo esclavo de esta producción de químicos de mi propio cerebro -- llevándome a hacer lo que fuera necesario para drogarme. Mi cerebro se convirtió en mi propio suplidor de drogas, eliminando a cualquier intermediario. Nadie me advirtió que esta adicción escalaría. Mirar pornografía no sólo afectó a mi mente, sino a mi cuerpo.
La masturbación es el próximo paso en la pornografía. La pornografía genera una respuesta física -- una erección. Las erecciones exigen una eyaculación o una ducha fría. ¡Yo no iba a tomar una ducha fría! La masturbación liberó una nueva fuente de placer. Ahora, mi adicción se había triplicado: mis ojos lujuriosos, la euforia de los químicos del cerebro, y el placer de la masturbación. Resultaba crítico el evadir las horas pico en la tienda de videos para no ser visto con videos pornográficos. En cada momento libre mi mente se enfocaba en la pornografía. Usted podrá estar teniendo pensamientos similares: "Si las chicas me rechazan o si alguien me trata mal, el alivio está al alcance de la mano, en un DVD o en un sitio web."
Dentro de la Mente de un Adicto Sexual - Recobrando el Control de Mí Mismo
A menudo, una batalla constante se libra dentro de la mente de un adicto sexual. Inicialmente, todo el secreto y el placer ilícito eran divertidos. Pero mientras más pornografía consumía, más ella me consumía a mí. La estimulación requería de pornografía más perversa. Yo no estaba en control -- ¡la pornografía estaba en control! Mi adicción comenzó de soltero y la llevé a mi matrimonio. Esto trajo como consecuencia el engañar a mi esposa, la persona con la cual se supone que tengo una relación íntima. Esconder mi adicción de mi esposa se volvió rutina rápidamente. ¡Debo haber estado loco para arriesgar mi matrimonio a cambio de una fantasía!
La pornografía promueve el egoísmo. Muy raras veces pensé en darle placer sexual a mi esposa. Sólo pensaba en obtener, no en dar. La pornografía hizo difícil, o imposible, el desarrollar una relación íntima con mi esposa. Cuando teníamos problemas, la pornografía me permitía escaparme fácilmente y no tener que resolver los problemas. (Desde entonces he aprendido que el tratar de resolver los problemas, no el evadirlos, es la clave de la intimidad en el matrimonio.)
Finalmente, vi que la pornografía me estaba destruyendo a mí y a mi matrimonio. Necesitaba ayuda. Dios me la proporcionó a través de un reavivamiento inusual que comenzó en los predios de universidades cristianas en todo el país. Sin música, y sin ninguna forma de manipulación, los estudiantes se reunían, uno por uno, confesando sus pecados. Mi director ejecutivo pensó que sería beneficioso para nuestra oficina el hacer esto. Así que, frente a hombres y mujeres, y con la ayuda de Dios, públicamente confesé mi pecado de pornografía. Inmediatamente, sentí como si me quitaron un peso físico de encima. ¡Estaba libre! En vez de criticarme, ¡hombres pusieron sus manos sobre mis hombros y oraron por mí! Luego, me fui a casa y se lo confesé a mi esposa. Ella me perdonó inmediatamente. Desde entonces nunca lo ha vuelto a mencionar. De hecho, ella me dio permiso para compartir públicamente mi historia para ayudar a liberar a otros. No todas las esposas están preparadas para que descarguemos nuestra culpa sobre ellas. Conviértase en un estudiante de su esposa -- asegúrese de que está lista y que desea escuchar esto de usted. Tal vez primero necesite pasar meses desarrollando confianza e intimidad con ella.
La libertad raramente es apreciada hasta que se pierde. ¡El ser libre de la pornografía es increíble! Ha ocasionado una nueva intimidad con mi esposa, menos estrés de tener que vivir una doble vida, paz, autoestima, y ningún engaño de placeres momentáneos. Ahora tengo límites impuestos por mí mismo, y también tengo un compañero que me ayuda a mantenerme responsable. He reemplazado a la pornografía con prioridades que ofrecen vida: Tiempo con la familia, ayudar a otros, escribir, y dar conferencias.
Mi relación personal con Jesucristo me ha dado el poder para decirle "No" a la pornografía. Él me ha mostrado una vida tan superior, que regresar a ella sería dar un paso atrás. ¡Cristo puede ayudarte, y te ayudará a ti también!
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