Debate del Matrimonio Homosexual

Debate del Matrimonio Homosexual - ¿Por qué las reacciones gay no tienen nada de gay?
Hace unos años, estaba dirigiendo un seminario de liderazgo en Chicago para una importante compañía de seguros. Uno de mis compañeros instructores - una mujer a la que llamaré Mary - anunció a los asistentes que era una lesbiana que vivía con su pareja. Más tarde, esa noche, eso me llevó a un intercambio amistoso, aunque un poco intenso, con ella.

Después de que un grupo de nosotros cenamos, Mary y yo compartimos una conversación trivial en el vestíbulo del restaurant. Bien, Mary realmente me gusta - es sociable, divertida, y ciertamente es buena en su profesión de seguros. Así que cuando los otros se alejaron un poco decidí preguntarle un poco más acerca de ella.

"Mary" dije, "¿Te importa si te hago una pregunta personal?"

Ya que Mary es muy directa, estuvo de acuerdo.

"¡No, adelante!" dijo.

Tratando de ser lo más discreto y sin pretensiones que pude, le pregunté con una sonrisa (uno siempre tiene que sonreír en situaciones como esta), "Mencionaste que estás viviendo con tu pareja. ¿Encuentras difícil el estilo de vida gay? Lo ha aceptado tu familia? ¿Están contentos con él?"

Mary se enderezó y adoptó un tono más firme.

"¡Por supuesto que lo han aceptado! Provengo de una familia muy ilustrada. Están muy felices por mí y sólo quieren que sea feliz."

"¿Qué piensas tú acerca de eso?" dijo ella, dándole la vuelta al asunto, con un indicio de sonrisa.

Ya que yo también soy directo, respondí: "Perdóname Mary, pero creo que está mal."

"¡Tu piensas que está mal!" respondió, elevando las cejas. Su tono era más seguro que hostil. Como la dama que me envió un correo electrónico sobre nuestro programa de televisión, Mary dijo entonces: "¿Quién eres tú para juzgarme, Frank?"

"¿Quién eres tú para juzgarme por juzgar?" refuté.

Como si yo no hubiera dicho una palabra, ella repitió: "¿Quién eres tú para juzgarme, Frank?"

"Mary," dije, inclinándome para darle énfasis, "Si no debemos juzgar, ¿entonces por qué me estás juzgando por juzgar?"

De nuevo, como si estuviera hablando con la pared, ella ignoró completamente mi respuesta. "Pienso que es intolerante y fanático de tu parte el no aceptar mi estilo de vida," anunció.

"¿Eres tú fanática e intolerante por no aceptar mi estilo de vida?" pregunté. "Pero yo acepto tu estilo de vida," contestó.

"No, no lo haces," le dije. "Parte de mi estilo de vida es hablar abiertamente en contra de comportamientos dañinos como la homosexualidad. Tú no toleras eso, así que me estás juzgando tanto como yo te juzgo a ti."

Este enfrentamiento verbal siguió por más de diez minutos. Tuvimos una conversación amistosa y civilizada, pero Mary hizo lo que creo que mucha gente hace cuando son confrontadas con la verdad que no les gusta - la ignoran o la suprimen. En el caso de Mary, ella la ignoró. Simplemente no reconoció que varias de sus afirmaciones eran irracionales debido a que eran contraproducentes o hipócritas. Por ejemplo, ella me dijo que no juzgara, pero me juzgó en el proceso. Me acusó de intolerancia, mientras ella misma era intolerante. Más adelante en nuestra conversación, me dijo que no había absolutos morales, pero luego pasó a afirmar que la tolerancia y el matrimonio homosexual son dos absolutos morales que todo el mundo debe apoyar.

Debate del Matrimonio Homosexual - Las Razones Detrás de las Reacciones
Aunque ella no reconoció su inconsistencia, fue agradable al menos hablar con Mary. He hallado que muchos otros tratan de suprimir la verdad tornándose hostiles. Ellos me atacan a mí, en lugar de a mis argumentos. Insultos y epítetos reemplazan a la razón. En la actualidad, si usted rehúsa pretender que las relaciones homosexuales son tan buenas como las del sexo opuesto, será atacado personalmente. Irónicamente, la gente más intolerante es a menudo aquella que dice que lucha por la tolerancia. ¿Por qué es esto? Porque alguna gente prefiere seguir sus deseos que seguir a la verdad. No quieren ser cambiados por la verdad. Quieren hacer lo imposible - quieren cambiar la verdad para validar su comportamiento. Es por esto que tratan de suprimir la verdad o al que dice la verdad.

¿Por qué alguien me atacaría personalmente por citar la evidencia indiscutible de que la heterosexualidad es más saludable y beneficiosa para la sociedad que la homosexualidad? Yo no inventé esos hechos. ¿Por qué entonces alguien se altera cuando señalo el hecho obvio de que los hombres y las mujeres fueron diseñados el uno para el otro, pero que el hombre con el hombre o la mujer con la mujer no? Yo no diseñé el cuerpo humano. Yo no inventé lo que nuestros fundadores llamaron "Las Leyes de la Naturaleza."

¿Por qué entonces alguien se enoja conmigo por subrayar la verdad moral de que herir a otras personas es malo? Es malo hasta cuando ocurre a través del sexo homosexual. Esa no es mi moralidad - Yo no la inventé. Sólo estoy citando la moralidad que está creada en la misma naturaleza del universo. De hecho, aspectos de ese mismo código moral también me condenan. Me enseña a no herir a otros, y hay muchas veces que encuentro eso inconveniente. Pero como el no vivir de acuerdo a la moralidad acarrea consecuencias graves, nos hiere más en el largo plazo negarla, suprimirla, o atacar a esos que nos la recuerdan.

¿Cuál es el objetivo de decirle todo esto? Es no quejarse. Si la gente quiere decirme epítetos a mí y a otros oponentes del matrimonio homosexual, está bien. Le estoy diciendo esto, para señalar que este debate acerca del matrimonio homosexual no es solamente intelectual. Ya que somos seres intelectuales, emocionales, y volitivos, a veces permitimos que nuestras emociones y voluntad gobiernen la mente. En este debate encontrará que mucha gente deja que sus emociones y voluntad obstaculicen el razonamiento. Ellos no desean ser confrontados con los hechos, porque esos hechos los condenan. De nuevo, como dijo Agustín, amamos la verdad cuando nos ilustra, pero la odiamos cuando nos condena.

Así que si usted se opone al matrimonio homosexual, probablemente será etiquetado como enemigo de los homosexuales por los activistas homosexuales. Ellos no lo enfrentarán con argumentos racionales a favor de su posición, sino con gritos histéricos de que usted es el próximo Hitler.⁷⁷ Si la historia sirve de guía, me pondrán una esvástica a mí y a cualquiera que esté de acuerdo con este libro. Su sistema de propaganda escupirá las invectivas más intolerantes que usted jamás verá. Es por esto que tantos conservadores rehúyen este tema. Nadie quiere soportar el abuso.

Esto hace que surja la pregunta: ¿Por qué los activistas homosexuales tienden a ser tan maliciosos? ¿Es porque no tienen argumentos válidos? Yo creo que hay algo más que eso.

Piense cómo usted reacciona cuando lo descubren haciendo algo malo. Si usted no quiere dejar el comportamiento, lo último que quiere es a alguien que se lo pida. Esos que se entrometen entre usted y su pecado favorito pueden experimentar el calor de su cólera, aún cuando usted sabe que tienen razón. Recientemente, esto me ocurrió a mí cuando estaba conduciendo. Iba un poco retrasado y la persona frente a mí tuvo la insolencia de conducir al límite de velocidad. ¿Se imagina? Allí estaba yo, tratando de ganar tiempo, ¡y la persona delante de mí estaba obedeciendo la ley! La cólera creció dentro de mí, "¡Sabes que puedes conducir al límite de velocidad más diez! -¡vamos!"

Tuve que resistir el deseo casi abrumador de cruzar la doble raya amarilla y pasarlo soplando, gritando los mejores epítetos de Jersey (sí, soy de Nueva Jersey). Me contuve, pero fue difícil. La verdad más alarmante sobre el incidente fue que los sentimientos de ira vinieron aunque yo sabía que él tenía la razón. Ahora, imagine que usted tiene deseos homosexuales. Ya sean el resultado de la naturaleza o de la crianza, es irrelevante. Los tiene, y está cansado de luchar contra ellos. Una vez que toma la decisión de ponerlos en práctica probablemente buscará a otros que han tomado la misma decisión, porque usted quiere compañía y validación. ¿Cómo piensa que se sentirá con aquellos que se oponen a su comportamiento? Podrá sentir odio hacia ellos - o al menos desprecio - aunque usted sabe que tienen la razón. (De hecho, si yo siento cólera conduciendo, me imagino que el sentimiento sería aún más intenso si se relacionara con el sexo - uno de los actos más poderosos y adictivos emocionalmente en los que nos involucramos.)

¿Por qué nos embarga tal cólera? Tiene que ver con cómo funciona la conciencia humana. Nuestras conciencias no solamente nos dicen lo que es correcto - también nos instan a vivir correctamente. Eso significa que si escogemos vivir de una manera que va en contra de nuestra conciencia, probablemente no viviremos en paz. La parte de nuestra conciencia que nos insta a vivir correctamente continuará condenándonos por suprimir la verdad y vivir inmoralmente. Así que buscamos agresivamente racionalizaciones para probarle a todo el mundo, incluyendo a nosotros mismos, que realmente estamos viviendo correctamente.⁷⁸ Nuestras conciencias en conflicto pueden estallar en cólera contra cualquiera que sugiera que nuestro comportamiento está equivocado. Simplemente, no podemos tolerar que nadie llame la atención hacia la verdad que estamos suprimiendo. Sus opiniones opuestas deben ser silenciadas.

De paso, este proceso de suprimir-apoyo-y-silencio no es exclusivo de los homosexuales. La mayoría de las personas que deciden que quieren continuar desafiando a sus conciencias suprimirán de alguna manera la verdad, apoyarán su comportamiento con racionalizaciones ingeniosas, y luego intentarán silenciar a aquellos que señalen sus errores. Usted probablemente ha visto esto si alguna vez ha confrontado a un adúltero o a un ladrón. Usualmente se ponen a la defensiva e inventan toda clase de excusas. Lo que diferencia a los homosexuales, junto con los defensores de los derechos al aborto, es que ellos han sido capaces de convertir su pecado favorito en un movimiento político. Es difícil convencer a las personas que el adulterio y el robo deberían ser comportamientos legalmente aprobados, pero las consignas moralizantes sobre la "igualdad" y la "elección" facilitan a los homosexuales y a los abortistas el confundir a suficientes personas para que lleguen a pensar que de alguna manera tienen el derecho a la homosexualidad y al aborto.

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